La misma noche que salgo para siempre de tu vida, entre expulsado y liberado, la encuentro evanescente y desvalida en plena calle, cerca de un esputo, sobre media cuartilla de apretada cuadrícula. Afectada por la húmeda neblina se distingue: borrosa, con andrajos de escritura de lápiz de color rojo, semienterrada bajo una hoja de falso platanero, la palabra abéstola. Hay algo atractivo, tal vez la fluorescencia de su pintura o lo desconocido del nombre, que me hace guardar el papel a pesar del serio noqueamiento que me obliga a patear la ciudad sin rumbo.
Sé que tú no estás mejor y te estás reprochando también el tiempo perdido y lo que ya no podrá ser; porque en quince años hemos visto juntos pasar demasiados trenes y sólo hemos tomado este último, el del adiós, el que nos deja en un apeadero que se llama realidad, frío para nosotros que hemos vivido casi siempre en las amorosas playas del sur.
Va a ser difícil volver a los sitios que alguna vez compartimos y mirar solo con dos ojos, y utilizar nuevas frases, y pronunciar otros nombres; sobre todo porque tú no podrás ayudarme en esta nueva empresa; y yo tampoco podré endulzar tu dolorosa letanía de los primeros días:.."lo hemos dejado, Andrés y yo ya no estamos juntos".
¿Sabes?, me alegro de haberme decidido a salir corriendo porque así ni una brizna de odio me ha quedado prendida.Y también es importante, Elisa, meter en las alforjas, algo del sol de los buenos días, porque las jornadas de camino quién sabe qué nos depararán.
Te escribo en el cuadernillo que me regalaste aquel 14 de Abril, el que tiene las pastas de caucho, el de apuntes de historias posibles; y mañana por la mañana buscaré un estanco y te mandaré la carta. La última llegó a casa de tus padres el día antes de que te escaparas conmigo. ¡Claro que ha llovido!.
Estoy en el Lobo Estepario, pero no sentado en el número que tú crees. El velador solitario y Fredo me observan, y casualmente suena Blue Seven de Sonny Rollins.Te juro que no he pedido el tema.
Y he aquí que llevo un rato con la vista perdida en este vocablo que ahora, con la tenue luz del local, parece escrito con sangre, o sea, entre marrón y negro. ¿Qué será abéstola?, y mi imaginación se pone en marcha: arbusto de hoja perenne y de alta montaña / algún ornamento sagrado que se colocan los curas antes de la estola / esencia mentolada que desprenden algunas aromáticas / herramienta, en forma de vara, que utilizan labradores y ganaderos para diferentes labores / viento marino que azota las lenguas de tierra que se adentran en el mar / equipaje de mano que se podía llevar en una diligencia / canción típica de los bolivianos del departamento de Cochabamba / catalejo especial para mirar estrellas cercanas......sea lo que sea, la pondré a vivir dentro de un cuento, no puedo dejarla tirada, hoy no aguanto más soledades.
Elisa, juega conmigo, será como el último bolero de Carlos Galván y Juanita Plaza en "El viaje a ninguna parte" y si aciertas el verdadero significado (he hecho trampas y está entre los imaginados) tu sonrisa soplará sobre la nube amarga y lloverá miel sobre nuestros recuerdos.
Me voy para una pensión que me ha buscado Alfredito, aquí cerca. Voy a dejar de escribir. ¿Sin rencores?.
Me voy para una pensión que me ha buscado Alfredito, aquí cerca. Voy a dejar de escribir. ¿Sin rencores?.
Jaht