lunes, 27 de septiembre de 2010

Carta de un perdedor


A quien se sienta aludido. A ustedes.

Señores:

Me alegraré que al ser esta en su poder se encuentren con la suficiente predisposición para intentar entender y comprender. Yo quedo regular, tirando a mal.
Sé que  son más listos, más instruidos y que mientras yo "perdía el tiempo" destripando terrones y aventando estiércol, ustedes se esforzaban en descubrir en los libros mundos maravillosos, personajes fantásticos y maneras de conseguir un título, que ahora les sirve a la mayoría para vivir dignamente.
En el mismo momento que sufrían en el pupitre y ante un examen con diez preguntas y treinta posibles respuestas; yo, en plena libertad campestre con el agua acariciándome todo el cuerpo y el barro masajeándome los tobillos, cargaba alegremente un remolque con sacos de pimiento de ochenta kilos.Ya entonces, sin saberlo, contribuía solidariamente con la universidad y sus becas. Pero llegó el progreso, vestido con relucientes chapas de tractor y me robó el jornal.

No supe esforzarme lo suficiente y por eso acabé en el andamio bronceándome y silbando los éxitos de Estopa. Durante tres años, de castillos en el aire, los chicos de la construcción empezamos a ser un "buen partido", aunque seguíamos sin escuchar a Mahler. Luego, ya saben, lo que ya sabían: el globo se deshinchó y los vanguardistas financieros, los grandes estudiosos de los mercados hicieron mermelada con nuestras hipotecas y nuestro futuro.

Sepan que conseguí sentirme muy útil, arropado por un salario suficiente, recogiendo la basura. Sí, escondiendo sus inmundicias, que no eran pocas porque: a mayor consumo mayor patriotismo (por eso tan difícil de equilibrar las balanzas). Me sentí hasta válido cuando fui consciente en una huelga de lo importante que éramos las hormiguitas fluorescentes; pero cayó sobre nosotros la criminalización, se referían los medios a los empleados del servicio de limpieza, en el mismo bloque que dedicaban a las guerrillas terroristas y a los de Al Qaeda. Mercadearon los Ayuntamientos y nos entregaron a empresas privadas y Ett's (sí, las pesticidas esas), pasando de hormigas a escarabajos peloteros que luchan por una porción de mierda. A esta última maniobra la llamaron "optimización de los recursos municipales".

Llegué a conocer e incluso tutearles a algunos en la barra de un bar. Ustedes estaban al otro lado y solían leer las páginas salmón del periódico, aceptaban todos los halagos, eran comprensivos con los mal hablados e incluso terciaban suavemente en las disputas futbolísticas, pero nunca perdonaron a quien les llevaba la contraria en temas ideológicos o se expresaban contra su sentir religioso. Decían: "Yo soy más demócrata que nadie pero este nuevo concepto, como es imperfecto, nos ha traido no pocos excesos, el más significativo es que cualquier papanatas pueda decir lo que quiera sin pagar peaje".
Pero sí que seguimos pagando peaje prueba de ello es que tardé poco en estar en la calle por no admitir aquello de que "el cliente siempre tiene la razón".

Podría también hablarles de mis meses de camionero y de mecánico, mis dos años de jardinero, mis semanas de montador de muebles y mis días de antenista; pero sé que su tiempo es oro (la mayoría de ustedes ya habrán dejado de leer), mientras que el mio morralla. No obstante si esta misiva ha caído en sus manos en pleno proceso de evacuación estoy de suerte, en esto, aunque les pese, nos igualamos; sé que sentados en la taza todos leemos cualquier cosa, y me van a permitir algunas reflexiones en voz alta:

- Para no estar cualificado creo haber recorrido un interesante espectro laboral. ¿Tal vez la preparación sirve para trabajar poco y en una sola cosa?. Sé que yo no podría pilotar un avión o colocar una prótesis de cadera, ¿pero podrían un piloto o un cirujano llevar a cabo alguna de mis labores?, ¿un agresivo broker tendría suficiente paciencia para acompañar amorosamente el proceso de maduración de los tomates?.

- ¿Tan buenos son los resultados de su actividad y tan malos los frutos de mi productividad para que existan esas diferencias en los salarios?. ¿Tan importante es un ingeniero especialista en armas que matan sin hacer ruido y tan "mindundi" un pescador, para que el hijo del primero acuda con su descapotable a las clases de la Universidad de Westminster y el del segundo trapichee con tabaco de contrabando para trucar el vespino?.

- Algunos de los grandes avances, algunas de las grandes obras, algunos de los grandes descubrimientos de los más aventajados (que han estudiado con nuestra ayuda) están sirviendo precisamente para dejar a la gente "a dos velas": máquinas inteligentes, programas informáticos....; que no estarían nada mal si todos viviéramos y se repartiera lo que va quedando, incluido el trabajo (¡ese castigo bíblico!), que no debe ser poco a pesar del desempleo,  ya que no quieren que nos jubilemos y  los grandes gurús socio-económicos claman para que volvamos a las jornadas de principios del siglo XX. 

- ¿ Por qué los políticos que supuestamente nos representan: visten como ustedes, comen con ustedes, algunos también se acuestan con ustedes y, tras recoger el botín en las elecciones, están más de acuerdo con ustedes (que son pocos) que con nosotros (que somos el resto)?.

- Espero que mis palabras les aflojen el vientre. Puedo pensar diferente, ¿verdad?, sin que me llamen demagogo (no podría serlo aunque quisiera, la demagogia sólo es practicable desde el poder). 
¿Puedo imaginar un mundo más razonable, ni siquiera digo justo que eso ya sería mucho pedir, aunque no sea contertulio televisivo pagado por algunos periódicos (independientes, por supuesto), experto en políticas económicas (sólo capitalistas), historiador de historias de vencedores, emprendedor triunfante (hoy, mañana el dólar dirá) o banquero (el Supremo Hacedor que no tiene nada suyo)?. 
¿Puedo decir aquello de: creo hablar en nombre de los obreros?. ¡Me hace tanta ilusión!

Sí, la ilusión también la compartimos: ustedes son ilusionistas y nosotros los ilusos. Nos han hecho creer que si nos lo montamos bien, y nos sacrificamos una vez más, alguno de nuestros nietos puede llegar a sentarse en un Consejo de Administración de una Multinacional. O sea, que seríamos obreros en estado de descomposición pero satisfechos de abonar a los prohombres de un nuevo orden mundial, entre los que, no olvidemos,  puede estar alguno de nuestros vástagos. Sólo tenemos que dejarnos llevar y comenzar a simpatizar con los nuevos conceptos empresariales de la nueva era: flexibilización, deslocalización, learning, rightsizing, outsourcing.....y muchos más términos acabados en "on" y en "ing" que en definitiva lo que quieren decir es: máxima riqueza para cuatro, mínimos gastos para cuatro y migajones para cuatrocientos.
Por supuesto ustedes abogan porque desaparezcan figuras antiguas y que incluso deberían prohibirse en sociedades "modernas" y "avanzadas": nada de sindicatos, ni huelgas, ni convenios....nada que huela a sudor o a lucha por alcanzar derechos que nadie regala. Y todo este esfuerzo de imaginación, ¡no faltaría más!, en nombre del progreso.
Pues bien, yo no me lo creo, no me creo nada y si ustedes me lo permiten ya que estamos en tono coloquial y jugueteando con la escatología: ¡me cago en sus proposiciones!.
¿Desde cuando el FMI, el BM, la CEOE o el BCE piensan en los trabajadores antes de tomar decisiones macroeconómicas?. ¿Qué lecciones de modernidad pueden dar parte de los "nostálgicos" empresarios españoles?. ¿Qué contacto con la realidad pueden tener quienes la sobrevuelan: jerifaltes, politiquillos y pesebreros,  más ocupados en blanquear sus ingresos, en aprenderse el listado de paraísos fiscales o en contratar el mejor bufete de abogados del mundo, o al mafioso más avispado, para que les salve el pellejo?. ¿Dónde está la tan cacareada soberanía de los pueblos y la democracia, cuando hay que seguir las políticas que nos marcan las potencias o los diez hombres más ricos del mundo?.

Como imagino que sus estreñimientos no serán tan pertinaces me voy despidiendo, porque intuyo lo que van a hacer con la hojita, y yo sólo quería poner en común con ustedes algunas de mis inquietudes por si les podía causar un poco de malestar; ya saben, lo de la china en el zapato.
No teman, su estatus no peligra; sólo advertirles de que este pais está lleno de gentes que aspiran a ser tan sinvergüenzas como lo son ustedes y yo sé que ustedes aman la competencia,  pero sólo hasta cierto punto.
Les saluda con desgana un viejo obrero que no sabe ser otra cosa.

A los que siguen creyendo que sobran razones para convocar y apoyar cinco Huelgas Generales más como la del 29 de Septiembre. Y al Roto, que ha dicho más con un dibujo que yo con todo un discurso.

 Jaht

4 comentarios:

Jara dijo...

Totalmente de acuerdo, es gratificante sentir que a hay alguien que aún matiene conciencia de clase y no deja ahogar sus principios a pesar de tanto
lavado de cerebro.
¿Qué harian estos pocos señores del gran capital,si de pronto todos los tantísimos obreros del mundo tomaran conciencia de su fuerza?
No haría falta violancia,
sencillamente...bajar los brazos
y tomar el sol, sí, tomar el sol.

!!!SOBRAN RAZONES!!!


.

Avefría dijo...

Puede que los trabajadores seamos ilusos, pero los del gran capital no saben ni ser ilusionistas; son demasiado burdos.
Está muy bien colocar piedrecitas en sus zapatos, amigo. Y, como dice Jara, a lo mejor con muchas chinas, caminarian mal y tendrían que pararse.
Salud!

Anónimo dijo...

Caladuras

El hombre cala una sandía y del rojo cercano al corazón brota un niño. El niño crece, se cala una boina, entra a trabajar en una fábrica, organiza con los otros trabajadores una huelga para reclamar por sus derechos. La huelga cala hondo en el espíritu de la gente que derroca al dictador e intenta un gobierno más justo, para que todos tengan para vivir y, cuando sea necesario, se pueda calar una sandía.

MªCristina Ramos, "La secreta sílaba del beso"

pisaera dijo...

Amigo Jaht, cuanto me alegra volverte a leer.
Amigo, no es que se merezca 5 huelgas, ya tenía que estar anunciada la segunda.
Hasta los sindicatos sean aburguesados. ¿Cuándo aprenderemos? Hay tenemos a los franceses que ya llevan unas pocas.
Pero hay algo más que me preocupa, en la manifestación del día 29, si asistió muchísima gente, vi algo que nunca había visto, pero en silencio, con la cabeza cabizbaja, como derrotados y decepcionados.
¡Nunca había visto a los trabajadores de esa forma en una manifestación!
Si algo nos quedas a los que seguimos sintiéndonos obreros, es poder leer a gente como tu, para seguir creyendo que no estamos solos en este mundo lleno de mentiras. Un abrazo Jaht

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