martes, 27 de octubre de 2009

Nueve Letras (II)



Conociendo las mimbres con que estaba urdido K, dilucidé que aquella mujer trascendía el trabajo frío y riguroso, oficial, milimétrico y de alta precisión de mi ex colega. El hecho de encargarme la faena hablaba a las claras de que la historia que había tras aquellos supuestos ojos negros escapaba al mundo de aséptica microcirugía documental, asexuada y pragmática de un aventajado, supongo, funcionario de platino del CNI.


El primer contacto visual me colocó en un plano de hipnotizado ser inferior, tal era la clase que irradiaba: movimientos de suavidad felina, sonrisa triste de terciopelo, discreta seguridad, elegancia natural, perfume a piel y a eucalipto…….Una dama inalcanzable,  un irresistible personaje recién apeado de una pantalla de cine. Hube de sacudir mi encandilamiento con un largo trago al cóctel que me traía entre manos para despertar a tiempo y leer, más que escuchar, de labios de la recepcionista el número de su apartamento que resultó estar en la misma planta que el mío. Luego, colocando las gafas por encima de su frente regaló al mozo una mirada adornada con un extra de  simpatía y se dirigió tras él y sus maletas al ascensor sin perder ni un grado de verticalidad, insinuando con sus largas piernas que lo de los cuerpos perfectos es anterior al Photoshop.


Pude enterarme (secreto profesional) que sus intenciones, las de Rita (nombre a todas luces falso) eran quedarse veinte días y aprovechar el sol, la playa y la tranquilidad del fin de temporada. Di el último sorbo, hice un gesto de despedida al camarero, que era del Atletic igual que yo, recompuse mi estampa, como hacen los boxeadores que han estado a punto de ser noqueados y analicé la situación; y con el objeto de mi investigación ya corporeizado (nunca mejor dicho) decidí concentrarme en mi trabajo y actuar como un auténtico sabueso. ¿Quién será la Matahari, de dónde vendrá, qué misterios oculta, para qué gobiernos trabaja….? Todas estas preguntas rumiaba camino de la estancia cuando tropecé en el pasillo con el afortunado receptor de la sonrisa divina, con el botones, que apresurado y encendido como un tomate corría para recuperar su puesto en la entrada del hotel.


Aquella misma noche durante la cena pude anotar en mis apreciaciones que el “objeto a investigar” dominaba varios idiomas y que parecía hablarlos con tal fluidez (cierto es que yo tampoco había estudiado filología), que sólo con este detalle no me sería fácil conocer su nacionalidad. Añadí también en mi cuadernillo que las conversaciones parecían muy afectuosas y que en su mayor parte las mantenía con varones, pormenor sin interés teniendo en cuenta su condición de abeja reina. Charló animosamente con un grupo de estudiantes alemanes que la rodeaban babeantes mientras esperaban juntos en la cola del buffet, con la pareja francesa que compartía mesa, con los camareros gaditanos;  y me desconcertó verla alejarse, con toda familiaridad, hacia el mar y la luna del brazo de lo que parecía un dandi inglés.


Amigos no le faltaron en ningún momento y especialmente los que llamaríamos amigos íntimos, esos que ayudan con la crema protectora e incluso pasan a tu habitación con el pretexto de recabar alguna información de tu portátil. En ningún momento observé actitud sospechosa, que delatara su condición de agente al servicio de ocultos intereses: nada de llamadas desde teléfonos públicos, ni equívocas miradas, ni largas ausencias,…..nada fuera de lo común. Era el topicazo de la persona ociosa con el único objetivo, fácil en su caso, de múltiples aventuras amorosas.
Esta inexistente peligrosidad me resultaba aún más intrigante. Ni siquiera los micrófonos que logré introducir en su dormitorio aportaban algo más que tertulias intrascendentes y monumentales jadeos.
El aura con que yo la había distinguido me pareció excesiva, viendo la facilidad con la que unos y otros obtenían sus favores. ¿Qué tipo de caprichos mantendrían ahora ocupado al disoluto Francisco?


El lunes de la tercera semana, próxima la finalización de su estancia en la bahía, y sin nada de interés que aportar al informe, la seguí hasta unos multicines; allí la esperaba un conocido camarero del Conquistador. Pasaron acaramelados a la sala en que ponían la última de Tarantino y tuve la impresión que ella me atisbaba tras sus impenetrables gafas. Contrariado, entré a ver Mapa de los Sonidos de Tokio y en lugar de sacudirme la obsesión salí del cine todavía más aturdido pero dispuesto a pasar a la acción.


Por la mañana, tomando el vermouth, comenté con Juanjo la clasificación. Y hablando de los leones rojinegros y de su futuro liguero, supe también que la dama misteriosa era una gata sobre un tejado de zinc que huía de afectos, vínculos y fotografías, y que prefería quedarse sola tras el apareamiento.
Siguiendo la portada de Público leí que el Jefe Supremo de Inteligencia había entregado de forma irrevocable su dimisión, mi olfato se activó y supe que pronto las piezas encajarían.
Tras la cena, en la barra del hotel, sin preámbulos, me dirigí a Rita: - ¿Qué tal los Malditos Bastardos?. No se sorprendió por la pregunta; apartó, interesada, el cigarrillo de sus labios, me lanzó una cautivadora mirada, que sostuve con oficio, y respondió, con sorprendente y dulce acento canario: - El amigo Quentin se está volviendo blando, ha dejado a tres vivos.
Continuamos, entre copa y copa, hablando de cine, de música, de libros, de desamores que perpetúan el amor y hasta de soledades. Con esa complicidad que dan la noche y el alcohol, llegamos al análisis de las verdades universales, sin pasar siquiera por las íntimas mentiras. De repente intuí, no me preguntéis cómo, que ella sabía quién era yo y creí adivinar su misión; pero a un profesional sólo le interesan las certezas.
Era difícil no sucumbir de forma inmediata a su melancólica caída de ojos, a esa necesidad de ternura que insinuaba, a esa emergencia de besos y abrazos……pero aguanté el pulso y conseguí que en su penúltimo ron su voz se quebrara un segundo al hablar de alguien, que por el momento de la charla, deduje que podía ser un hijo. Recobró al instante la firmeza e introdujo su rodilla entre mis piernas, ronroneando: - Sé de un sitio en que podrás tomar el último Gin-Tonic; y cogiéndome la mano tiró hacia las escaleras, con apremio. Subimos de dos en dos los peldaños descansando para alimentar la pasión, el único alimento que provoca hambre.


La suite de Rita era la prolongación de su persona: calidez, misterio y fantasía. Ella pidió mi colaboración para bajar la cremallera de su vestido mientras la voz de Billie Holiday y el saxo del Presidente  lloraban a ritmo de swing; se perdió con una sonrisa en el cuarto de baño, y yo me dirigí al aparador para componer dos copas como en mis mejores tiempos de barman: niebla de cáscara de limón, rodaja de pepino, hojas de menta, lima salvaje....y algo más. La intensidad de las lámparas descendió y coincidiendo con las primeras notas del piano de My Man apareció a contraluz la silueta desnuda de una mujer en sazón. Me acerqué con las dos copas en las manos y se materializó sobre su cuerpo un camisón corto, como una cortina de lluvia blanca; sin hablarnos brindamos, nos miramos dentro de los ojos y bailamos como si fueramos dos enamorados. Cuando acabó el tema hice resbalar el picardías de sus hombros y la deposité sobre la cama como si fuera de cristal, un cristal recien soplado, caliente. Susurré promesas en su oreja e imploré tres minutos de ausencia.


Al regresar del aseo ya dormía profundamente, la dósis de diazepán había funcionado y comencé mi reconocimiento. Al registrar su bolso hallé conclusiones de todas mis hipótesis; tenía, efectivamente, entre útiles cosméticos, preservativos y chicles, la foto (fallo imperdonable) de un adolescente, con la misma cara del joven Kiko que conocí,  y una ampolla de batracotoxina con la que me hubiera colocado en un plazo de cinco horas en casa de Hades, o sea, en el Reino de los Muertos. Así pues esta Viuda Negra era la señora y el puñal de aquel que un día confesó que yo fumaba marihuana y del que no quise descubrir sus perversas aficiones; y que 
ahora, próximo al poder del imperio de seda, repta, 
político sibilino, para obsequiarme con el sueño eterno.
 Sentí lástima de la muñeca rota, bocabajo, sobre la sábana roja y comprendí su furor uterino. Escribí sobre su piel nacarada con tinta indeleble:
"Habéis fallado y no olvides K que tu condición de --------- es mi arma secreta; y que ya está a buen recaudo. Si vuelvo a sentir cerca de mí tu aliento te hundo en la miseria. 
Págame el resto"





A los poderosos, que no lo serían sin nosotros, con el menor de mis aprecios .



Jaht

7 comentarios:

Jaht dijo...

Tenéis mi permiso para hacer públicas las nueve letras, que en esta ocasión forman una sola palabra, aunque preferiría que esperárais un poco (¿diez días?). Es imprescindible que leáis la parte primera para obtener las pistas.

Aunque visto lo que hay si la gente descubre a este sinvergüenza es facil que le apoye a muerte en las próximas elecciones.

carmen dijo...

Chan tatachan....

jorge dijo...

Hola Jath,la cosa es que estoy empezando mi blog,hice click en El viaje a ninguna parte y ahí,entre otros aparece tu nombre,hago click en tu perfil y veo que tenemos varias coincidencias...yo viví 3 años en Jaraiz y de Torremenga fuí amigo de Mariano el médico,de Delfín el pastor y de Urbano que fué carpintero,luego joyero,luego músico.Tengo buen recuerdo de esa época.Además mi hija nació ahí.Me gusta tu blog.Joder,escribes muy bien,tío.Un saludo,Jorge,Lanzarote

Candela dijo...

Muy bueno el relato, engancha.
Seguiré investigando para dar
con la clave y averiguar que
as guarda Celi bajo la manga.

jorge dijo...

Hola J.A.,Gracias por devolverme el comentario.Ya te dije en mi blog(seguro que no lo leiste).No sabía lo de Mariano.Me dejaste de piedra.Era un buen tío,sin tonterías,de palabra....y sabía beber.Eramos colegas y yo le tenía admiración. El relato está muy bien.Ya espero el siguiente.... Y el blog del Gallinero está curradísimo.Me gustó.Si,tienes razón,esto del blog da satisfacciones.Es una forma de comunicación acojonante. Bueno,tío,saludos.J. ¿Qué te llevó a La Vera?si no es indiscreción.

Jara dijo...

Muy bien planteado el enigma.
K,poseía los atributos necesarios
que un trepa necesita para triunfar,y estoy de acuerdo que por más horrible que sea lo que celi sabe de él,no sé si eso sería un obstáculo para su carrera. Estamos viendo todos los dias cómo toda esta chusma de politiquillos,banqueros,empresarios
y demás fauna,roban, mienten y nos
chulean con total impunidad.
Lo más sorprendente es que aquí
estamos, tan tranquilos,sufriendo la exhibición de sus caretos en todos los medios y no pasa absolutamente NADA.

lola dijo...

Trepan y trepan, nada les detiene. se deslizan babosos, invisibles, retorciendo sus cuerpos como sierpes venenosas, buscando siempre una víctima para escudarse. Nada les inmuta, excepto su ansia de quererlo todo. Trepan, reptan y si te descuidas sientes que te rozan con su lengua bífida. Lo peor Jaht, es que cada día hay más, han dejado huevos por todas partes. !Es una pesadilla!

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