miércoles, 27 de mayo de 2009

Interrumpir


-¿Puedo interrumpir?-interrumpió mano alzada en medio del Pleno del Ayuntamiento - y sorpresivamente el Alcalde Presidente le dijo que sí, que tenía cinco minutos para expresarse.

-Quiero hacer uso de los cinco minutos que amablemente se me han concedido- dijo pulsando ostensiblemente un reloj cronómetro que llevaba en la mano- y ya que no se me ha
pedido que me ciña al orden del día no me ceñiré en absoluto.
He asistido a los últimos veinte plenos que han tenido lugar en este Ayuntamiento. Ustedes me habrán visto sentado siempre en esta esquina, tomando notas y se habrán preguntado quien soy…..pues bien sólo soy un discreto ciudadano que hoy va a dejar de serlo, aunque intentaré seguir siendo respetuoso. Yo quería hacer un seguimiento de mi voto, al que por cierto no he encontrado en todo este tiempo; y tras dos años y medio, con los datos que he ido almacenando, creo estar en disposición de demostrar científicamente que son todos unos impostores.

En este dossier que está a disposición de cualquiera de los aquí presentes puede contrastarse, por ejemplo, cómo algunos concejales pueden en un mismo día apoyar una propuesta y su contraria, expresada en otros términos. Como unos y otros, gobierno y oposición, embisten con saña contra sus propios programas electorales, unos en dieciocho ocasiones y otros en veintitrés. Pueden leer en la página cuarenta y ocho que han utilizado tres horas y veintisiete minutos en atacarse personalmente, sacando a relucir suegras, aficiones etílicas y conductas sexuales dudosas.

Los de la oposición no han hecho una sola propuesta para mejorar la vida en este pueblo, sólo esperan que el gobierno actual se pudra, en compañía de sus errores, en su elegida y distinguida claustrofobia. Ya saben: “…quítate tú para ponerme yo”.
El apartado de la página 57, lleva por título: “Prebendas, favoritismos, presiones y otras inmundicias” y como podréis observar hago un detallado repaso a los permisos concedidos y denegados y a sus razones, y al antes y después de sus protagonistas. Es todo tan evidente y tan cierto que nadie presentará una demanda contra mí. Yo tampoco perderé tiempo en juzgados y en pleitos que costeamos los ciudadanos y que cuando nos enfrentamos a nuestras instituciones nos asfixian en largos y farragosos procesos que siempre perderemos, aún cuando nos den la razón. Yo creo en la ética y no en la “justicia” que se ampara en interpretaciones de la ley; y cae sobre los individuos o los bufetes de abogados en función del poder adquisitivo del demandado.
En este informe de noventa páginas, del que repartiré copias en formato CD, hay suficientes razones para que yo pida formalmente la dimisión de todos y cada uno de los concejales que están sentados ahí arriba, por acción o por omisión.Disculpen la interrupción y me gustaría que el minuto y medio del que aún dispongo lo dediquemos a la reflexión mientras les hago llegar las copias.
Gracias por haberme escuchado.
Jaht

1 comentario:

Raúl dijo...

Sencilla y diáfana radiografía de la distancia que separa al ciudadano de los poderes públicos.
Gracias por tu visita en mi blog.

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